Tener un bebé en casa es el estado perfecto en que una casa se
puede encontrar, llenan de vitalidad a todos los integrantes de la familia, le
da un toco alegre a las viviendas y facilita un ambiente de armonio entre los
padres, por tanto, necesitan ser cuidados en todos los aspectos para que estos
beneficios permanezcan permanentemente.
Por qué es
importante favorecer la actividad autónoma y el juego?
Diferenciar la actividad autónoma del juego libre
Son actividades relacionadas a la noción de autonomía, entendida como la capacidad que tiene una persona para tomar decisiones o realizar acciones por sus propios medios.El juego:Es placer y expresión de lo que uno es y quiere ser, es la necesidad inconsciente de buscar la seguridad o sentirse seguro frente a la realidad, frente a los miedos y las angustias que lo obstaculizan, es el “como si fuera real” pero no lo es.
Son actividades relacionadas a la noción de autonomía, entendida como la capacidad que tiene una persona para tomar decisiones o realizar acciones por sus propios medios.El juego:Es placer y expresión de lo que uno es y quiere ser, es la necesidad inconsciente de buscar la seguridad o sentirse seguro frente a la realidad, frente a los miedos y las angustias que lo obstaculizan, es el “como si fuera real” pero no lo es.
La actividad autónoma:
Un bebé nace extremadamente dependiente del entorno humano y material, necesita del otro para poder desarrollarse progresivamente, e ir adquiriendo niveles de autonomía. Desde que nace, tiene una fuerza interior que lo moviliza a conocer y explorar llamada impulso epistémico. Es decir, un deseo imperioso por conocer y explorar: así mismo, al otro, a los objetos y al espacio en el que se encuentra. El recorrido hacia la actividad autónoma se inicia desde este impulso epistémico. Su motor es la acción -con una buena carga de iniciativas y deseos- enriquecida por sus competencias y favorecidas por un ambiente facilitador y habilitante proporcionado por el adulto. Durante la actividad autónoma del niño, el adulto no actúa directamente. El niño puede imitar a sus pares, al adulto, y es él quien logra, desde su propia intención, una acción que nace de su propio ser. El niño llega a la actividad autónoma porque un adulto le dio la oportunidad de conocer y explorar, sea por casualidad o porque observó el deseo y la necesidad del niño y adecuó el ambiente para favorecer sus proyectos.
Un bebé nace extremadamente dependiente del entorno humano y material, necesita del otro para poder desarrollarse progresivamente, e ir adquiriendo niveles de autonomía. Desde que nace, tiene una fuerza interior que lo moviliza a conocer y explorar llamada impulso epistémico. Es decir, un deseo imperioso por conocer y explorar: así mismo, al otro, a los objetos y al espacio en el que se encuentra. El recorrido hacia la actividad autónoma se inicia desde este impulso epistémico. Su motor es la acción -con una buena carga de iniciativas y deseos- enriquecida por sus competencias y favorecidas por un ambiente facilitador y habilitante proporcionado por el adulto. Durante la actividad autónoma del niño, el adulto no actúa directamente. El niño puede imitar a sus pares, al adulto, y es él quien logra, desde su propia intención, una acción que nace de su propio ser. El niño llega a la actividad autónoma porque un adulto le dio la oportunidad de conocer y explorar, sea por casualidad o porque observó el deseo y la necesidad del niño y adecuó el ambiente para favorecer sus proyectos.
El juego:El juego es
representar, (re-presentar= volver a presentar), es también, volver a hacer
presente algo que fue vivido con intensidad, es un re – presentar los momentos
importantes que se viven en la vida cotidiana. Por ejemplo: el momento de la
comida, del cambio de ropa, de bañarse, de acompañar a los padres en las
actividades cotidianas (ir a la chacra, pastear, comprar, vender, etc.).Por
ejemplo: Ante el temor de ser atrapado, el niño crea un juego en el que con
mucho placer logra escaparse de quien lo atrapa. Cuando se trata de un niño
pequeño, entre los 2 a 3 años, el juego puede dejar de ser juego, y el niño
pasa de estar muy alegre a una emoción de mucha angustia que le provoca el
llanto. Es decir, todo anda bien si se trata de una situación “como sí”,
mientras que no lo atrapen, pero al ser atrapado el juego inicial se transforma
en realidad y aparece la angustia que desencadena el llanto.
Las
características fundamentales del juego:
Provoca placer. Nace espontáneamente. Permite desplegar la iniciativa. Satisface deseos y necesidades propias. Emerge del propio impulso por conocer y descubrir. Se enriquece en un ambiente de confianza y libertad. El rol del adulto para favorecer el desarrollo infantil, debe ser de intervenciones indirectas: Preparando el ambiente, Ubicando los materiales y espacios pertinentes, Brindando seguridad y acompañamiento afectivo en los momentos que el niño lo necesite. Observando activamente el juego del niño, identificando sus proyectos de acción y los aprendizajes que ejercita.
Provoca placer. Nace espontáneamente. Permite desplegar la iniciativa. Satisface deseos y necesidades propias. Emerge del propio impulso por conocer y descubrir. Se enriquece en un ambiente de confianza y libertad. El rol del adulto para favorecer el desarrollo infantil, debe ser de intervenciones indirectas: Preparando el ambiente, Ubicando los materiales y espacios pertinentes, Brindando seguridad y acompañamiento afectivo en los momentos que el niño lo necesite. Observando activamente el juego del niño, identificando sus proyectos de acción y los aprendizajes que ejercita.
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